
Esta plaza lleva el nombre de Doña Damiana, criolla natal, bajo cuyo cuidado se construyó la generosa Sala a comienzos del año 1920.
Algunos galpones, un viejo almacén y playas de maniobras que formaban parte de la antigua Sala, fueron reciclados generando un amplio y funcional espacio transformado en una plaza seca.
A su alrededor se encuentra nuestro Restaurante Doña Damiana, elegido día a día por los turistas que visitan la zona, el antiguo corral de caballos y ovinos, y los tradicionales potreros de la Finca. De esta manera, además de los servicios que allí se ofrecen al turista, constituye un agradable lugar de esparcimiento en un paisaje coronado por cerros nevados y el contexto rural de la zona.